Para los bebés menores de un año, la tos ferina también conocida como tos ferina, sigue siendo una enfermedad peligrosa. Es una afección médica caracterizada por episodios violentos de tos que se ven acentuados con un sonido de bofetadas emitido mientras se respira aire. La tos causada en esta enfermedad es muy intensa y no desaparece fácilmente. Hasta 2012, la tos ferina había sido eliminada en gran parte con la ayuda de la vacunación y casi no había casos reportados, pero todo eso ha cambiado ahora. Por lo tanto, conocer el tratamiento adecuado y eficaz de la tos ferina es de gran importancia.
¿Cuáles son los síntomas de la tos ferina?
Para comprender mejor el tratamiento de la tos ferina, el primer paso es conocer los síntomas. Los síntomas del whooping son diferentes en niños que en adultos. Los síntomas de la enfermedad aparecen en niños en tres etapas separadas.
1. En la primera etapa
Los síntomas de la tos ferina se asemejan a los síntomas de un resfriado. El niño puede estornudar y tener una fiebre leve y algo de tos. Sus ojos parecen acuosos y existe la posibilidad de tener una nariz que gotea. Estos síntomas pueden durar aproximadamente dos semanas y es más probable que un niño transmita la enfermedad a otras personas durante esta etapa.
2. En la segunda etapa.
Los síntomas del frío desaparecen, pero la tos se hace más pronunciada y violenta. La tos se vuelve mucho más áspera y el niño comienza a producir un sonido de berrido cuando trata de respirar. Los episodios de tos en esta etapa a menudo son seguidos por vómitos. Estos síntomas persisten durante aproximadamente 4 semanas y pueden ser gravemente gravosos para el niño.
3. En la tercera etapa.
El niño comienza a sentirse un poco mejor, pero todavía tiene los síntomas. Los episodios de tos podrían ser menos frecuentes en esta etapa, pero la tos se haría más fuerte. Esta etapa puede durar varias semanas si el niño no ha recibido la vacuna para esta enfermedad.
¿Buscar más información sobre los síntomas de la tos ferina? Mira el video a continuación:
Cuándo llamar a un médico
Debe consultar a su médico de inmediato si le preocupa que su hijo haya contraído tos ferina de alguien y esté comenzando a mostrar síntomas de la enfermedad, independientemente de si ha sido vacunado o no contra la tos ferina.
El niño debe recibir atención médica inmediata si ha tenido un ataque de tos muy prolongado que:
- Vuelve el color de la piel o sus labios azul, rojo o morado.
- Acabar en vómitos.
- Es seguido por sonidos de risa cada vez que el niño intenta respirar.
- Hace que el niño tenga dificultad para respirar.
- Hace que el niño sea pasivo.
Debe llamar a su médico si su hijo comienza a tener dificultad para respirar o se ve deshidratado, especialmente en los casos en que el médico de su hijo ya realizó el diagnóstico de la tos ferina y usted lo está tratando en casa.
¿Qué causa la tos ferina?
Bordetella Pertussis es la bacteria a la que se puede culpar por causar la tos ferina. Esta infección bacteriana es altamente contagiosa y puede propagarse fácilmente de una persona a otra. Esto significa que si un miembro de la familia ha estado expuesto a la infección, entonces otros miembros de la familia, incluidos los bebés, serán víctimas de la misma, a menos que hayan recibido la inmunización necesaria o hayan tenido la enfermedad antes.
La inmunización contra la tos ferina se considera muy importante en los bebés porque es una de las enfermedades contra las cuales los bebés no tienen protección natural. Incluso los bebés amamantados que se mantienen a salvo de la mayoría de las infecciones no tienen defensa contra la tos ferina.
Debido a que es una enfermedad contagiosa, los bebés, los recién nacidos y las madres embarazadas deben mantenerse sanos de las personas o niños que padecen esta tos, especialmente aquellos niños que no han recibido la vacuna necesaria para la tos ferina.
¿Cuáles son los tratamientos adecuados para la tos ferina?
1. Tratamiento médico para la tos ferina
Los antibióticos se consideran el método de tratamiento ideal para la tos ferina en adultos y bebés. Por lo general, se realiza un análisis de sangre para confirmar la presencia de bacterias en el niño, pero si los síntomas son evidentes, el médico puede comenzar el tratamiento de inmediato.
La edad del niño determina el plan de tratamiento para la tos ferina. Los niños menores de seis meses ingresan directamente en el hospital y reciben atención médica inmediata, ya que corren un mayor riesgo de desarrollar complicaciones potencialmente mortales, como daño cerebral y neumonía.
Los bebés más pequeños generalmente reciben antibióticos por vía intravenosa junto con esteroides para expandir sus congestionadas vías respiratorias. Si él está teniendo problemas para respirar, entonces también se proporciona oxígeno. Los niños mayores, por otro lado, reciben antibióticos por vía oral.
Cuanto antes se administren los antibióticos, más pronto su hijo comenzará a mostrar signos de recuperación. Sin embargo, los antibióticos solo eliminarán las bacterias en el moco de su hijo y no harán mucho por su tos. La tos disminuirá con el tiempo, aunque en unas pocas semanas. Puede darle a su hijo paracetamol para aliviar su dolor, pero solo en la dosis correcta. Si la tos se vuelve más agresiva, debe llamar a su médico inmediatamente.
2. Remedios caseros
- Cuando trate a un niño con pertussis en casa, es esencial seguir el programa exacto de antibióticos que le haya recetado el médico de su hijo.
- Los medicamentos para la tos deben evitarse a toda costa durante el tratamiento en el hogar de la tos ferina, ya que pueden causar efectos secundarios dañinos y tampoco son muy efectivos para detener la tos.
- Dele a su hijo abundantes líquidos para evitar la deshidratación y déle comidas cortas varias veces a lo largo del día para mantener su fortaleza.
- Coloque al niño en una habitación limpia e instale un vaporizador de vapor frío para que el niño pueda respirar fácilmente.
Cómo prevenir la tos ferina
Ya que es una enfermedad contagiosa, prevenir la propagación de la infección de la tos ferina también es extremadamente importante. Los bebés en el vivero son los más susceptibles a infectarse y, por lo tanto, deben ser protegidos. Por lo tanto, es necesario que mantenga a su hijo alejado de la guardería, a menos que haya recibido la vacuna para la tos ferina. Sin embargo, los niños mayores de un año pueden ser admitidos en la guardería, incluso si no han sido vacunados.