Crianza de los hijos

Cómo hacer que los hermanos dejen de pelear

La historia de Caín y Abel nos dice que la rivalidad entre hermanos puede funcionar para lo mejor o lo peor, dependiendo de la forma que elijamos. Cualquiera que tenga hermanos está muy familiarizado con este antiguo conflicto. Tal vez incluso se pueda decir que la competencia entre hermanos es más probable en las familias y que llevarse bien no es demasiado común. Es muy importante que los padres entiendan que los hermanos luchan por varias razones y en diferentes etapas de sus vidas. Podría ir desde una simple rivalidad o irreverencia lúdica hasta el antagonismo o la animosidad entre hermanos, hermanas o ambos. Con esto en mente, cómo hacer que los hermanos dejen de pelear no puede ser tan difícil para los padres. ¡Aprende nuestros trucos para detener la rivalidad entre hermanos!

Cómo hacer que los hermanos dejen de pelear

1. Encuentra la sincronización perfecta

Los niños que son inmaduros en la mayoría de los aspectos pueden no saber cómo resolver conflictos con sus hermanos. Saber el momento adecuado para infundirlo en ellos durante una pelea es muy importante. Deja que se calmen primero. De esta manera, las emociones se han enfriado y pueden escuchar lo que tienes que decir. Por supuesto, es importante mostrarles su ejemplo cuando se trata de la resolución de conflictos en lugar de simplemente enseñarlo. Muéstrales y enséñales:

2. Conocer la causa de la lucha para prevenir futuros incidentes.

Siempre es mejor saber primero la causa de la pelea antes de hacer cualquier movimiento. Esto permite que los padres analicen la situación y determinen cómo resolver el conflicto. El monitoreo cercano de las actividades y comportamientos de los niños, especialmente en los niños en edad escolar, hace que sea más fácil para los padres controlar los casos de mentiras de un niño y ayuda a descubrir la causa real de la pelea entre hermanos.

3. ser justo

Un mediador eficaz es saber ser justo. Es posible que deba tomar partido pero razonablemente considerando su edad. Por ejemplo, un niño de seis años no siempre tiene razón durante un conflicto con un hermano de cuatro años. Tampoco se debe culpar a nadie. El trato justo es un desafío para todos los padres, pero una vez que cree el equilibrio necesario, valdrá la pena.

4. Escuchar sus sentimientos

Se debe hacer que los niños sientan que los adultos consideran sus sentimientos y se les anima a hablar de ello. De esta manera, se evita la ira contenida y aprenden a trabajar conflictos emocionales con los padres también. Ignorar sus sentimientos los confundirá aún más o los pondrá en conflicto. Necesitan que se les enseñe que, aunque los adultos sienten lo que están pasando, deben tomar control de esas emociones y actuar en consecuencia para el bienestar de otras personas.

5. Evite comparar y enojarse

Los conflictos surgen de las comparaciones, y si un padre lo convierte en un hábito cuando surge un conflicto, es probable que agrave aún más la situación. No solo es difícil e imposible retirar las palabras ya mencionadas, sino que curar a un niño herido es aún más difícil. Las emociones cuando están en su apogeo, nos hacen decir cosas de las que nos arrepentimos. El criticar y llamar a un niño lo empeora, no solo por la relación entre hermanos, sino también por el padre y el niño.

6. Rebotar de nuevo a ellos

Devolver la responsabilidad de pensar por sí mismos hace que los niños asuman el papel y lo resuelvan de manera justa. Los adultos no necesitan ser un árbitro durante un conflicto todo el tiempo. Hacer que los niños sientan que confiamos en ellos alimenta su confianza en sí mismos para tomar decisiones justas. A menudo, los niños saben lo que es justo y cómo manejar el conflicto; solo necesitan tener la oportunidad de hacerlo ellos mismos.

5 trucos más para que los hermanos dejen de pelear y llevarse bien

1. Establecer reglas y consecuencias estatales

Establecer las reglas cuando se trata del comportamiento de los niños de una manera simple, coherente y justa los mantiene a tierra. La conducta inapropiada debe ser específica y con razón desalentarse al instante y explicarles por qué están prohibidos. La maldición, los insultos y, especialmente, gritarse unos a otros debe desanimarse y tiene una consecuencia una vez que se rompen. No importa si fueron provocados o no, ya sea quién podría estar bien o mal. Esto les enseña exactamente que la paciencia es de hecho una virtud. Una virtud muy apreciada de un individuo especialmente entre hermanos.

2. Déle a sus hijos atención individualizada

El enfoque de los padres debe ser individualizado ya que cada niño tiene personalidades individuales con diferentes necesidades e intereses. Recuerda que la rivalidad puede provenir de la necesidad de atención de los padres, por lo tanto, eso es exactamente lo que les das. Atender individualmente a sus necesidades personales es una manera de fomentar el tiempo de calidad con cada niño; A la larga, competir por la atención puede no ser un problema. Juega con el niño de tipo deportivo y compra libros con el nerd. Al mismo tiempo, le da tiempo para hablar y escuchar, que es algo que los padres en estos días no le dan a sus hijos.

3. Enseñar el valor de la empatía

Desarrollar este importante rasgo ayuda a los niños a pasar la vida como adultos para llevarse bien en la sociedad. Los equipa con la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona, por lo que fomenta mejores relaciones entre sus hermanos y como adultos más adelante. La capacidad de ver y sentir desde el punto de vista de otra persona hace que sea fácil para los niños determinar qué comportamientos afectan su relación con sus hermanos. Esto también les ayuda a tomar decisiones emocionalmente sabias en la vida.

4. Enseñar a ambos niños técnicas de autogestión.

La ira es normal, y está bien sentirla a veces en una situación dada como lo hacen los adultos. Pero saber cómo manejar la ira de manera positiva hace una diferencia. Canalizar su enojo en actividades lo extrae de ellos y, finalmente, evita descargarlo durante una pelea entre hermanos. En los adultos, se llama manejo de la ira. Inhalar y exhalar, escribir en un diario, tocar un instrumento (como la batería), escuchar música y cantar en voz alta o bailar, etc. son solo algunas de las técnicas para ayudarles a manejar sus emociones.

5. Configurar una "mesa de disputas"

Déles el lugar adecuado para que discutan en lugar de tener que escucharlos en cualquier lugar dentro de la casa. Establecer un lugar apropiado y el tiempo para la discusión eventualmente hace que se queden sin cosas para discutir y que al final se sientan tontos. Una vez que temen ir a la mesa de peleas, los evitará pelearse, pelearse o incluso lastimarse mutuamente de forma permanente.